No le tiembla la mano (15 de diciembre de 2006)
PERSONAJE
No le tiembla la mano
Hugo García fue árbitro profesional en el Perú durante casi dos
décadas. Ahora imparte justicia en la Liga Premier de Queens.
Por Eric Montoya (publicado en AYLLU TIMES el 15 de diciembre de 2006)
Es alegre, bromista,
bonachón... fuera de
las canchas, porque en el
rectángulo verde o en el
parket del fulbito de la
Liga Premier el árbitro
Hugo García se transforma y se convierte en el
‘Castrilli peruano’.
“Yo he juzgado siempre
al árbitro cuando se deja
influenciar por determinados jugadores, eso es falta
de personalidad. El árbitro debe tener una personalidad definida para así
conducir un buen partido,
que ni el equipo A ni el
equipo B se le suba a las
decisiones del árbitro. Yo
soy amigo de todos los
jugadores, pero dentro del
campo nos olvidamos que
tenemos la amistad,
porque hay que respetar,
yo respeto para que me
respeten también, fuera
del campo se puede uno
ganar una broma, pero
dentro del campo de
juego, difícil”, nos dice
Hugo García Palomino,
iqueño de 65 años y con
22 años de residencia en
los Estados Unidos.
“Hay muchos jugadores
que creen tener la razón
por el simple hecho de
que jugaron en su país en
determinada categoría.
Pero aquellos jugadores
que han jugado en la
internacional o en primera
profesional o siendo
jugador internacional
siempre me han respetado, porque una vez que
me conocen qué carácter
tengo y qué personalidad
tengo, yo no me dejo
influenciar por determinados jugadores”, agrega.
PROMOCIÓN ‘65
Hugo García Palomino se
graduó como árbitro el 20
de octubre de 1965.
“En el Perú me inicié en
la tercera amateur, luego a
segunda amateur, primera
amateur, segunda profesional y luego llegué a la
primera profesional”, nos
cuenta García, quien es
‘promoción’ con Alberto
Tejada padre.
En su currículum cuenta
con partidos en ligas de
Argentina, Paraguay,
Colombia y otros países.
Pero los recuerdos que
más lo emocionan son los
partidos en el
Campeonato
Descentralizado, en
donde arbitró hasta 1984.
“Arbitré a Roberto Challe
a quien tuve la oportunidad de expulsarlo, igual
con Hugo Sotil en un partido previo a un Muni-‘U’, el ‘Cholo’ era un
jugador extraordinario”.
En su lista están los ídolos
de los sesenta y setentas
Héctor Chumpitaz, Eloy
Campos, Orlando La
Torre, Perico León,
Freddy Ravello, Alfredo
Quesada y un sin número
de jugadores de esa categoría.
De esos años rescata la
oportunidad que tuvo de trabajar con los profesores Marcos Calderón y
Didí. “He tenido la suerte
de acompañarlos a nivel
de selección y he trabajado para la selección como
árbitro, hemos sido dos,
Enrique Montes y el que
habla Hugo García”.
Aunque no llegó a arbitrar
un clásico, porque en esos
tiempos se decidía a los
referís por sorteo, estuvo
como juez de línea en
algunos ‘U’-Alianza.
A nivel internacional
recuerda como anécdota
un partido que pitó en
Bolivia (Campeonato
Simón Bolívar), en el que
había mucha agua producto de las lluvias. “El agua
me llegaba más arriba del
tobillo, hice un pique y
me resbalé, caí de nalgas”, recuerda con una
sonrisa.
EN NUEVA YORK
Hugo García lleva siete
años arbitrando en la Liga
Premier. Y como nos
cuenta, a veces no basta
con el carácter para evitarse problemas con
algunos jugadores ‘faltosos’.
“Aquí he tenido dos problemas, uno en Flushing.
Cuando tenía cinco meses
en este país, un
jamaiquino me correteó
con un bate, y si no es por
un grupo de peruanos que
me conoce, me mataba.
Después tuve un problema con un jugador peruano, lamentablemente se
equivocó y tuve que ponerle mano dura, no llevarlo a Corte porque iba a
hacerle un daño, no quise
poner cargos por no perjudicarlo a él ni a la Liga”.
Y así como hay jugadores
difíciles (en la profesional
recuerda a Pedrito Ruiz),
en las ligas neoyorkinas le
ha tocado arbitrarle a
Alfredo Quesada, “un
caballero”, dice García.
A los ‘peloteros’ que juegan en las diferentes ligas
les deja un mensaje: “Si
les gusta el deporte, que
se dediquen al deporte,
pero con la mente sana,
porque aquí nadie vive
del fútbol ya que al día
siguiente hay que ir a trabajar. Hay que dedicarse a
pegarle al balón no al
rival. Dejarnos del vicio
principalmente el alcohol
y las drogas. El pelotero
debe entrar ecuánime al
campo y no a hacer escándalos. Al venir aquí debemos cuidarnos nosotros
los hispanos”.
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